Rajoy se atrinchera y Mato no dimite

Mariano Rajoy junto a la ministra Ana Mato, en imagen de archivo

“Es falso”. Con estas dos palabras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quiso salir al paso de los ya mundialmente famosos papeles del ex tesorero del PP, Luis Bárcenas. La fórmula para desmentir la contabilidad interna atribuida al guardián de las finanzas del partido conservador no pudo ser más errática.

De nuevo una comparecencia sin preguntas. Esta vez atrincherado tras una pantalla de plasma, instalada en la sala de prensa mientras él hablaba a puerta cerrada. Los corresponsales extranjeros no daban crédito a lo que veían. Es la peculiar  realidad virtual en la que se mueve el  inquilino de La Moncloa en momentos difíciles, muy alejado de la realidad de la calle, donde habitan los periodistas a los que tanto parece temer.

La estrategia del jefe del Ejecutivo, ya escenificada en los días previos por otros dirigentes del PP como María Dolores de Cospedal, o Carlos Floriano, fue negarlo todo y hablar de “infamias”, a la hora de referirse a la publicación, por parte del diario El País, de los sobresueldos anotados y cobrados, supuestamente, por la cúpula del PP desde 1990. De momento algunos de los perceptores de dinero, como Pío García Escudero, lo admiten. El PP sostiene que los 5 millones de las antiguas pesetas que aparecen cobrados por el actual presidente del Senado, a raíz de un préstamo, figuran también en la contabilidad oficial del partido.

Llamó poderosamente la atención que Rajoy aludiera a la contabilidad secreta de Bárcenas, cuyo nombre no pronunció en ningún momento, como “papeles apócrifos”.  De forma simultánea, en una tertulia de la cadena SER, el ex director del diario ABC José Antonio Zarzalejos se encargó de aclararle que “unos papeles apócrifos no tienen por qué ser falsos”. Va a resultar interesante, si es que llega la ocasión, el momento en el que un juez le pregunte a Bárcenas lo siguiente:¿Oiga, si estos papeles son falsos pero esa es su letra con qué intención lo apuntaba todo usted durante tantos años?

Tal y como ocurrió cuando la trama Gürtel fue puesta al descubierto el PP atribuye las informaciones periodísticas a una persecución. Pero ahora Rajoy ha ido más lejos. Habla del “daño causado a la imagen de España”. Osea que la prensa libre, diarios tan antagónicos ideológicamente como El Mundo y El País, se ha confabulado contra el partido gobernante. El mensaje recuerda mucho al que utilizan regímenes poco democráticos, por no decir dictatoriales. Los autoritarios, elegidos o no en las urnas, siempre tratan de hacer creer a la opinión pública que cuando se critica algo de su gestión se daña al país que ellos gobiernan. Lo hizo Franco con lo de “los enemigos de España”, lo hizo Fidel Castro, también Pinochet, así como Chávez y su sucesor, Maduro. Son sólo algunos ejemplos de distinto signo político.

Es cierto que Rajoy mencionó la cuenta en Suiza de Bárcenas para desmentir cualquier relación de los 22 millones de euros con el PP, pero no dirigió reproche alguno hacia el defraudador fiscal que durante casi 30 años al frente de las cuentas de Génova ha logrado amasar semejante fortuna. ¿Tiene el presidente algún temor a Bárcenas? ¿Por qué no anuncia ninguna querella contra él si le está haciendo tanto daño al PP con sus anotaciones? Son preguntas que quedan en el aire sin responder.

 En otro orden de cosas, el hecho de que Rajoy ampare, respalde y aliente a una ministra como Ana Mato cuando se han conocido los 23 pagos personales que sufragó para ella la red Gürtel-sin contar las fiestas para sus hijos y los bolsos Louis Vuitton- causa sonrojo e indignación entre la ciudadanía. Por mucho que ella desvíe toda la responsabilidad hacia su ex marido, Jesús Sepúlveda, no fue con él a ninguno de los viajes turísticos de los que disfrutó por cuenta de la trama corrupta, tal y como refleja el último y novedoso informe de la Udef.

Mientras Mato convirtió el informe de la citada unidad policial en «insidias” de la prensa, durante su breve intervención en el Comité Ejecutivo del PP, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se mantuvo impávido. La ministra de Sanidad ya no tiene la excusa de que detrás de las investigaciones de Gürtel “está la Policía de Rubalcaba” y ahora arremete contra los medios de comunicación. Lo grave es que el actual máximo responsable de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no sale a respaldar la labor de la Udef, cuando su trabajo es denostado por Mato.